No centrarnos tanto en el destino, nuestro objetivo final, si no disfrutar del camino, con los errores que nos encontremos y aprender de ellos, teniendo en cuenta que son necesarios para aprender, y que sin ellos no hay éxito.
También tuvimos dinámicas enfocadas al trato del miedo como emoción, como gestionarlo de una manera más eficaz y así obtener una mejor confianza en nosotros mismos y lo que hacemos.
En definitiva, confianza más perseverancia = éxito. Siendo muy conscientes en todo momento de dónde estamos y dónde queremos llegar, sabiendo nuestras potencialidades y nuestras limitaciones, trabajando en ellas para poder marcarnos cada vez objetivos más ambiciosos, pero sin saltarnos escalones.
Es importante que los objetivos propuestos sean acordes a nuestro nivel, y una vez vayamos superándolos, marcarnos nuevos, asumiendo nuestra responsabilidad y tomando acción.
Fue un gusto ver en el curso como muchos de nuestros alumnos ponían en práctica estos conceptos y se atrevían con cosas que al principio de mañana no hubieran creído.